domingo, 14 de octubre de 2012

¡Invirtamos en grupo!

Introducción a los fondos de inversión


Los fondos de inversión vienen a dar respuesta a aquella máxima que dice que “la unión hace la fuerza”, es decir, que el grupo es mejor que la suma de sus individuos. Pongamos un ejemplo: quiero invertir 1.000€, pero no soy ni un inversor profesional ni tengo tiempo para seguir la evolución diaria de los activos que compre. Dado el importe de mi inversión, habrá pocos productos que pueda comprar y seguramente me cobrarán los mínimos de comisiones. ¿Qué puedo hacer?

Un fondo de inversión podría ser la solución. Los fondos comunes de inversión funcionan como si de una peña de lotería se tratara, dónde un grupo de amigos crean un bote común para jugar y posteriormente repartirse las ganancias entre ellos. la ventaja es directa: con una misma contribución la probabilidad de ganar es mayor. Del mismo modo, el premio obtenido deberá repartirse entre todos los que participan. 

Siguiendo este símil, un fondo de inversión no es otra cosa que un fondo común de dinero aportado por un grupo de inversores para ser invertido en una propuesta de inversión concreta. La cantidad aportada por los distintos inversores (partícipes) del fondo puede ser distinta, lo que implicará que a la hora de repartir beneficios (o asumir pérdidas) se hará en proporción a esta participación.

Los fondos acostumbran a gestionarse de una manera profesionalizada (normalmente un banco o una gestora de fondos). Todo fondo dispone de folleto descriptivo (son de información pública y pueden ser consultados en la página de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)) dónde se especifica en qué clase de activos se va a invertir. Estos activos definen la estrategia de cada fondo y determinan el riesgo de inversión asociado.  

jueves, 11 de octubre de 2012

¿Sólo rentabilidad?


Cuando se adquiere un producto financiero en una entidad de crédito, tenemos la tendencia de analizar la rentabilidad que nos dará. La pregunta interna que nos hacemos acostumbra a ser: ¿Cuál me da más rentabilidad? Esta es aún para muchos la única variable para tomar la decisión, olvidándose que todo producto tiene un riesgo inherente (de hecho se recuerda esta segunda parte cuando las cosas van mal y ya es tarde para hacer cambios).

Rentabilidad y riesgo son dos variables inversas (dos caras de una misma moneda), de modo que a más riesgo, debe haber más rentabilidad y viceversa. Sin embargo, la relación entre las dos variables no es proporcional y ahí es donde el cliente debe optimizar su adquisición según su aversión al riesgo. Hay que ser sincero con uno mismo y conocer hasta dónde somos capaces de tolerar un riesgo. Por ejemplo, si compro una acción, y a las dos semanas se desploma en bolsa, ¿podré seguir durmiendo? ¿Cuánto estoy dispuesto a perder? Y cuando digo perder, no es sólo los cupones o intereses que podamos obtener en el caso de unas obligaciones, sino también que parte del capital estaríamos dispuestos a perder en la remota posibilidad de que el producto que compramos falle.

Esta visión dual de cualquier producto debe acompañarnos siempre. Igual que necesitamos los dos ojos para ver (izquierdo y derecho) para tener una única visión completa de la realidad, cuando se analiza cualquier elemento financiero hay que hacerlo del mismo modo , y no taparse o ponerse un parche en unos de los ojos para tener una visión de la realidad más agradable aunque desviada.

En resumen, el binomio riesgo - rentabilidad son dos caras de una misma moneda que debe ayudarnos a ver que no hay duros a cuatro pesetas, y que altas rentabilidades comportan mayores riesgos que con rentabilidades más moderadas

lunes, 8 de octubre de 2012

Bienvenidos


Hace un tiempo que amigos y familiares me preguntan, a revuelo de toda esta crisis financiera, sobre distintos conceptos del mundo de las finanzas. Un mundo ciertamente extenso en el que hasta hace bien poco muchos creían que sólo habían números. El mundo financiero ha crecido tanto que la época en que los bancos sólo ofrecían depósitos ya ha quedado en el pasado. El Euribor, hasta hace poco un desconocido, es ahora un gran conocido pues determina, en una mayoría de hipotecas los intereses a pagar. ¿Pero, sabemos cómo se calcula? ¿Se utiliza para algo más que saber el cálculo del interés de la hipotecas?

Este boom de las finanzas, que sabemos que existen porqué sentimos sus consecuencias, a veces no sabemos de dónde proviene. La idea de este blog es ayudar a clarificar conceptos financieros: qué son, para que sirven, qué consecuencias tienen, etc. En general, la prensa generalista no es muy exacta en la explicación de los términos financieros, por el contrario, la prensa especializada tiende a ser muy técnica. En conclusión, en estos artículos intentaré explicar de la mejor manera posible conceptos financieros de actualidad para comprender mejor cualquier noticia económica.

Sobre mí, deciros que me formé en ESADE y mi carrera se ha desarrollado siempre en la banca. Desde mi posición me toca ser observador de muchas de estas realidades pues tengo una visión transversal.